
Los Gigantillos son un símbolo de la ciudad de Burgos, pero también del Mesón del Cid. Que nadie se asuste: en ningún momento nadie se topará con ellos en los salones o bajando las escaleras, ni tendrá que mirar su rostro, con matices entre lo entrañable y lo caricaturesco. El caso es que hay varias vidrieras decoradas con la imagen de estos personajes. Nos gusta especialmente la de la Gigantilla, donde se aprecian todos los detalles que configuran su indumentaria, desde el jubón a la falda, el delantal negro, las joyas, el peinado de moño y un ramillete de flores en su mano derecha. Es nuestro particular homenaje a uno de los símbolos más curiosos de la tradición festiva de nuestra tierra. Hay una segunda vidriera con el personaje masculino, justo al lado.
Si estás en Burgos y no tienes la oportunidad de verlos por la calle, puedes acercarte a la Casa de los Gigantillos, un pequeño museo situado en los bajos del Teatro Principal, entre la Catedral y el Museo de la Evolución Humana. En este lugar se encuentran las auténticas figuras de los Gigantillos, pero también otros personajes entrañables, como los Gigantones, cinco parejas que simbolizan las razas del mundo. La entrada es gratuita y las dependencias permanecen abiertas durante el fin de semana. Sin duda, una pista curiosa que merece la pena conocer en vuestra visita a la ciudad de Burgos.
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